Pasadas las nueves y media de la noche, en la antigua fábrica de tabacos, solo quedaba el murmullo de un sí rotundo a llevar a la Virgen de la Victoria a altares mayores como coronación canónica. Gran acogida de los hermanos a esta propuesta de la Junta de Gobierno que encomienda Claudio Espejo Garrido. Según dijo el hermano mayor ante su toma de posesión: “Los objetivos son ambiciosos y dificultosos para este nuevo periodo y sólo serán alcanzados si contamos con vuestra colaboración”. El merecimiento es lógico y muchos sevillanos piensan que ha llegado tarde esta coronación a nuestra ciudad.
Quizás la extraordinaria que tuvo por sus 450 años fundacionales hizo abrir los ojos a muchos sevillanos que no veían con claridad en el Jueves Santo pero encontraron su belleza barroca, la mirada evocadora de una madre encajonada bajo doce varales y un techo de palio que la hace ser mas sevillana aún.
Redacción: José Manuel Delgado.
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